Mis ultimas entradas se ha enfocado mucho sobre los edificios que fueron vitales para la Revolucion y que se han ido convirtiendo en simbolos de nuestra nacion. Los edificios han sido empleados como museo y en algunos tambien como oficinas; un ejemplo es el palacio nacional. Tiene una gran parte de oficinas pero al mismo tiempo un museo. Incluso el presidente y la primera dama tienes su propia oficina en la que ejercen su trabajo tambien ademas de la residencia oficial de los pinos.
En esta entrada hablare sobre el Monumento a la Revolucion . El actual Monumento a la Revolución comenzó su construcción bajo el mandato del Presidente Porfirio Díaz, el proyecto original consistía en la construcción de lo que se pensó, sería el Palacio Legislativo en 1910.
A cargo del arquitecto Emile Bernard, la obra comenzó a realizarse en el sitio actual del monumento, hacia el año de 1910, con la caída de la dictadura de Porfirio Díaz y con el inicio de la Revolución Mexicana, el proyecto fue abandonado por completo, la estructura permaneció abandonada incluso mucho después de finalizar la Revolución.
En el año de 1933 el arquitecto Carlos Obregón Santacilia ideó honrar la gesta revolucionaria, para ello se formó la Gran Comisión del Patronato del Monumento a la Revolución, la comisión estaba integrada por el Presidente Abelardo Rodríguez, el general Plutarco Elías Calles, el gabinete presidencial y todos los gobernadores del estado.
La comisión decidió retomar la estructura del proyecto del Palacio Legislativo para convertirla en el monumento, para ello, la idea original del Palacio sufrió muchos cambios que llevarían al actual diseño del Monumento
Para 1938 y tras cinco años de trabajos, el monumento fue terminado, el diseño final es de un “estilo nacionalista” con detalles “art-decó”; en su recubrimiento se emplearon materiales locales como la cantera y la chiluca, tratando de lograr una apariencia austera y grandiosa sólo adornada con el bronce de la cúpula exterior y de las lámparas y barandales.
Muestra un severo trazo y sencilla arquitectura la cual está adornada con esculturas del artista mexicano Oliverio Martínez de Hoyos (1901 – 1938), que se adaptan perfectamente a la tendencia arquitectónica del monumento. Así los grupos escultóricos en las cuatro esquinas del monumento representan la Independencia, las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias y la Ley del Trabajo, complementándose con las águilas en los lampadarios. El águila que se ubicaría en la parte superior de la cúpula en el diseño del Palacio Legislativo, no fue contemplada en el diseño del monumento, por lo que fue removida y colocada en la cima del Monumento a la Raza al norte de la Ciudad.
Dentro del monumento se colocó el mausoleo donde se encuentran los restos mortales de Don Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.
En el sótano se localiza el Museo Nacional de la Revolución. El primer proyecto de creación de un museo dedicado a la Revolución Mexicana data desde 1933, aunque no fue sino tres años más tarde, que el propio Obregón presentó los planos de los sótanos del monumento donde podría ser ubicado el futuro museo. La idea no fue tomada en cuenta y fue retomada en el año 1986, cuando se formó un equipo que se hizo cargo del montaje de su exposición permanente.
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José Armida E
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